Como una comunidad herida es como definió el sacerdote Fernando Liñán Treviño la misa ofrecida con motivo del Día Internacional de Víctimas de Personas Desaparecidas y organizada por integrantes de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila, uno de los primeros colectivos organizadas a finales de la primera década de este siglo.
Las palabras se dirigieron a las familias que buscan a sus seres queridos y quienes, los desaparecidos, llegaron y entraron simbólicamente a la Catedral de Santiago, en Saltillo.
Sus familias y amigos cargaron sus fotografías atadas al cuello, pero muy cerca del corazón cuyos latidos se aceleran porque quisieran tenerlos de regreso.
Con sus fotografías casi se duplica la cantidad de personas que llegaron a la iglesia a escuchar al sacerdote que les dice que es necesario seguir organizándose y luchando, aún contra las adversidades, la injusticia, la corrupción e impunidad.
“Es la fuerza del amor en este caminar y esta lucha. Nos unimos a este compromiso de seguir caminando juntos y que esté amor nos una a todos hasta encontrarlos”, les dijo.
Las y los integrantes del colectivo emitieron un mensaje en el que advierten que las cifras son contradictorias y a ello se suma la simulación que prevalece en el estado de Coahuila para atender la problemática.
‘Hace 14 años nos horrorizó saber que había 21 personas desaparecidas en Coahuila… es un problema que no les interesa resolver ni a los gobiernos del PRI en Coahuila ni desde la presidencia se ha hecho algo. Han obstaculizado las investigaciones. Nos damos cuenta que detener la desaparición no es prioridad”, dijeron
Cuestionaron que el presidente Andrés Manuel López Obrador minimice y pretenda maquillar las cifras, mientras que el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís esté por terminar su administración dejando la deuda de no encontrar a sus seres queridos.
“Coahuila no es ejemplo en derechos humanos como lo presumen. Es un estado simulador en su discurso mediático y en la práctica. Existen más de tres mil personas desaparecidas y de nuestro colectivo no podemos encontrar a alguien. Estos gobiernos no pueden decir que no les corresponde porque la desaparición forzada sigue siendo delito continuado y cuando en Coahuila y en México no haya una, entonces será ejemplo y no simulación”, dijo una de ellas.
Luego de la misa las familias recorrieron las calles del centro de la ciudad lanzando la consigna que gritan cada día: “¿dónde están?, ¿Dónde están?. Nuestros hijos ¿Dónde están?”.