Saltillo, Coahuila.- El valor que en ocasiones se quebró por el dolor y angustia, pero que luego se transformó en fortaleza y coraje para exigir que le entregaran el cuerpo de su hijo, es lo que transmite la obra de teatro Hasta encontrarte.
El monólogo es una adaptación de la crónica del periodista Jesús Peña Desaparecer en Coahuila: Esperé 8 años para enterarte, mijo” y que aborda lo que vivió Lorena Vallejo en la búsqueda de Cristian Daniel Mundo Vallejo, desaparecido en octubre del 2011 en Piedras Negras cuando tenía 18 años y representa uno de los ejemplos de reclutamiento forzado por parte del crimen organizado en este estado.
La dirección corrió a cargo de Gustavo García y fue protagonizada por la actriz Martha Matamoros, quien conmovió a los asistentes a la función del pasado viernes 5 de julio por la noche, entre ellos, Lorena Vallejo, madre de Cristian Daniel.
El escenario constó de varias sillas vacías, haciendo referencia a las que quedan en una familia cuando uno de sus integrantes está ausente y alrededor de las que Lorena caminaba recordando cada instante vivido con su hijo antes y después de su desaparición.
La obra muestra lo ocurrido durante ocho años en que Lorena viajó de Piedras Negras a Saltillo para exigirle a la autoridad que abriera la fosa común a la que enviaron a su hijo.
En el escenario también fueron colocadas dos fotografías de Cristian Daniel, una de ellas cuando era un pequeño y jugaba béisbol.
La reconstrucción del feliz diálogo entre madre y su hijo retoma la hazaña deportiva de pegar un jonrón con casa llena y estando su equipo en desventaja.
Dicha escena conmovió a los asistentes por la actuación de Martha Matamoros al externar sentimientos que iban desde la alegría, el orgullo y la dolorosa realidad de una madre que sabe que no volverá a ver a su hijo jugar este deporte.
La vida de Lorena durante ese tiempo fue ambientada con un vídeo con escenas reales de lo que ocurrió en el panteón, justo en la primera exhumación masiva en Coahuila realizada en fosas comunes.
Ahí se observaron las cruces, los peritos y antropólogos vestidos de blanco que iban y venían sacando tierra; los policías armados al exterior del lugar y la prensa tratando de encontrar información de los más de una treintena de cuerpos extraídos del lugar.
Las horas que Lorena permaneció en el panteón del cuerpo de su hijo fueron narradas por Martha Matamoros frente a la fotografía del joven para externar de lo que fue capaz su madre para obligar a las autoridades para que abrieran la fosa.
Incluso después de hacer una manifestación a las afueras del cementerio amenazó con quedarse a vivir ahí hasta que se sacara el cuerpo de su hijo.
“Si no me lo entregan, me voy a vivir aquí con él, pase lo que pase, y aquí que me entierren”, fue el grito estremecedor que lleva una mezcla de exigencia, orden, súplica y desesperación.
La espera terminó y el día que lograron sacar el cuerpo de Cristian Daniel, Lorena tuvo un sueño donde pudo ver a su hijo.
Lo abrazó y se pudo despedir de él al fin, aunque no logró darle cristiana sepultura hasta varios meses después que terminaron las pruebas genéticas para su identificación legal.
“Quiero que sirva para sensibilizar a la gente, que sepan todo lo que pasamos las madres que tenemos desaparecidas. Yo le doy gracias a Dios, yo me aferré desde que mi hijo desapareció, me aferré mucho a la fe”, recordó Lorena al terminar la obra.
“El Miedo lo perdí en el momento en que me arrebataron a mi hijo. No me importaba nada, lo que quería era recuperarlo y ha sido muy difícil, porque no había los colectivos, que hoy son parte también de mi fuerza” añadió al referirse al apoyo recibido desde Familias Unidas en la Busqueda y Localizacion de Personas Desaparecidos, así como el Centro para las Derechos Humanos Fray Juan de Larios, creado por el hoy obispo emérito Raúl Vera López, quien también estuvo presente en la puesta en escena, al igual que el periodista Jesús Peña, reconocido por sus crónicas periodísticas.
Hay que mencionar que Vera López llevó a instancias internacionales los hechos ocurridos en el norte del país y que son considerados de lesa humanidad por la participación de autoridades de diverso nivel, principalmente cuerpos policiacos.
La función fue en el Centro Cultural La Besana y estuvo organizada por la compañía Origen Teatro y la Compañía Coahuilense de Teatristas.