“La voy a encontrar con vida”, dice madre de Irma Claribel Lamas a 15 años de su desaparición 

Lucy fundó el grupo Voz que Clama Justicia por Personas Desaparecidas, conformado por más de 85 familias de La Laguna y es representante del Grupo Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos (2018), que integran familias de diferentes estados del país. 

Su padre la vio de espaldas y trató de correr hacia ella, pero no pudo alcanzarla ni hacer nada, para no ponerla en riesgo. 

Las investigaciones arrojaron que se trataba de Irma Claribel Lamas López, reportada como desaparecida en Torreón, Coahuila, que era víctima de trata y que se encontraba en un hotel en el Centro de Guadalajara, ubicado, irónicamente, a dos cuadras de las instalaciones de la Comisión de Búsqueda.

No es la única ocasión en la que su familia ha estado a punto de dar con ella, ni que las investigaciones apunten a la capital tapatía. 

Historia

Ya son 15 años desde que Irma Claribel fue vista por última vez. La joven de 17 años salió de su casa el 13 de agosto de 2008, sin el permiso de su familia. Se dirigía a la casa de una supuesta amiga.

Su madre, María de la Luz López Castruita, comenzó con la búsqueda incesante desde entonces. La primera vez que vieron un rayo de esperanza fue en 2018. 

“Esa vez terminamos una búsqueda en Michoacán, en el Cereso. Un chico de ahí, que tenía un mes apenas detenido por un simple pleito, me dijo que él había visto a mi hija en el centro de Guadalajara; me dio la ubicación y todo. Cuando terminó la búsqueda (…) entregué todo y enseguida me fui a Guadalajara, nos fuimos mi esposo y yo”, narra María de la Luz.

Después de que el reo les indicó que había visto a “Cari”, como le dice su madre de cariño, esta se puso en contacto con las autoridades.

En aquel entonces, Lucy, como es conocida, tenía contacto con el comisionado de búsqueda local con sede en Guadalajara, de quien comenta que nada más recuerda que se llamaba Javier, y después de darle la información que había obtenido en Michoacán, comenzó con las investigaciones. 

El Comisionado le informó a Lucy que existía la amplia posibilidad de que Cari se encontrara en esa ciudad y en el lugar que le habían indicado en el Cereso, ya que habían entrevistado a trabajadoras sexuales que confirmaron que se trataba de su hija, pero que su aspecto ya había cambiado, pues se veía más madura que en la fotografía, por lo que era casi seguro que se tratara de ella. Hasta que un día la vieron.

“¿Sabe qué? Yo la vi. Acabamos de ver a su hija, pero quiero que vengan ustedes conmigo”, le dijo el Comisionado a Lucy.

De inmediato se trasladaron al lugar. Llegaron a un hotel que estaba frente a un mercado. 

Ahí, a las afueras, estaba una mujer vestida de color verde. 

“Mire, es aquella que está de verde”, dijo el Comisionado.

“Yo la alcancé a ver, mi esposo se fue corriendo, pero en eso ella se metió al hotel. Él quería alcanzarla, pero le dijeron que no, que nos estaban vigilando (…) fue triste porque él decía que hasta sus caminados, que todo, todo, todo se parecía a ella. Pero nada más la vimos de espalda, él la vio de más cerca”, comentó Lucy.

Había transcurrido una semana desde que los padres de Irma Claribel llegaron a Guadalajara para investigar ese “posible positivo” que les habían indicado en el Cereso de Michoacán, y desde entonces hicieron la solicitud de colaboración de la Fiscalía de Coahuila, pero les dijeron que se haría cargo Jalisco.

Es por eso que después de ver a aquella mujer, Lucy y su esposo se trasladaron a la Fiscalía de Jalisco.

Foto: Redes sociales Búsqueda Nacional en Vida.

“Llego a la Fiscalía, apenas estaba tratando de ampliar mi declaración cuando llegaron dos agentes con la foto de mi hija en la mano, quienes nos atendían les dijeron ‘Ellos son los papás, váyanse de una vez con ellos’ y después nos ordenaron: ‘Súbanse a las camionetas’, y así lo hicimos. Nos subieron a mi esposo y a mí a una camioneta, iban más agentes. Entonces como es una privada donde está el hotel, llegamos y se subió una de las camionetas a todo lo que daba ahí en la banqueta, asustando a las chicas que estaban ahí afuera esperando clientes. Entonces, con la fotografía de mi hija en la mano se bajaron”. 

—Usted no se baje, señora —le indicaron a Lucy las autoridades de la Fiscalía jalisciense.

—Usted, señor, bájese —le ordenaron al papá de Claribel.

Fuertemente armados, los agentes descendieron de las camionetas para dirigirse con las trabajadoras sexuales. Les mostraron la foto de Irma Claribel y preguntaron por ella.

—¿La has visto, la has visto?

—No, yo no le he visto, no sé nada —indicaban las mujeres.

Todas negaron haberla visto. La persona a cargo del operativo ordenó el ingreso al hotel para realizar una revisión, en compañía del papá de Claribel. Recorrieron cada habitación preguntando por ella, pero no encontraron nada y nadie dio alguna pista para dar con su paradero. 

—No, pues no, señora, no la han visto —le dijeron a Lucy.

Al ver la forma en la que se ejecutó aquel operativo fallido, la madre buscadora se dirigió a la Comisión de Búsqueda, que estaba a dos cuadras del lugar. Quería narrar lo sucedido al titular de la Comisión que había apoyado para dar con su hija.

—Se bajaron con las metralletas —le dijo Lucy al titular.

—¡No me diga!, esto era diferente, este operativo era diferente —respondió el funcionario.

Foto: Redes sociales Voz que clama justicia por personas desaparecidas.

Al siguiente día, Lucy regresó con la esperanza de que le dijeran que Cari seguía en ese lugar. Nuevamente preguntó a las trabajadoras sexuales, pero no tuvo respuesta positiva. 

Los agentes de la Fiscalía de Torreón llegaron a Guadalajara un día después, pero únicamente para decirle que se retirara porque sus vidas corrían peligro, pues grupos criminales ya tenían ubicado a su esposo y a ella. Lucy se fue sintiendo que había perdido por segunda vez a su hija.

Dos esperanzas más

Pasaron casi dos años para que María de la Luz regresara a Guadalajara. Aunque siempre quiso  volver, el riesgo era alto y sabía que después de aquel operativo, la probabilidad de que Irma Claribel siguiera en esa ciudad era menor. Sin embargo, una invitación al grupo Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos, del cual es representante, la hizo regresar.

En esta organización, además de ingresar a los Ceresos con las fotos de las personas desaparecidas para preguntarle a los reos si tenían alguna información sobre su paradero, incluyen también investigaciones en los Semefos, Centros de Rehabilitación, Centros de Atención a personas en estado de Indigencia y brigadas nocturnas donde entrevistan a trabajadoras y trabajadores sexuales.

En esa ocasión fueron personas indigentes quienes le dieron información de una mujer parecida a Claribel. Una mujer, adulta mayor, le dijo cuando vio la foto:

—¡Ay, mi niña! Este es mi niña, es mi niña, ¿por qué la tienes tú?

—A ver, dígame —respondió Lucy. 

Sus compañeras de búsqueda la separaron de la mujer para decirle que otro indigente había reconocido a Irma Claribel en una foto, por lo que Lucy se le acercó nuevamente.

—Es que ella viene y come aquí pero ella ya no está, ella me abandonó y ella era la única que me cuidaba, era la única que me daba un besito —dijo la indigente.

“Entonces me dicen las compañeras que un chavo la llevaba a comer, pero que ella está en calidad de calle, o sea, que han visto a una mujer igual a ella, pero ya más grande, y que es igualita”, narra Lucy.

Esto renovó las esperanzas de Lucy de encontrar a su hija, por lo que comenzó a ahondar más. Le dijeron que esa persona vivía en unos vagones abandonados, donde la gente se drogaba, y que estaba en la indigencia. Que la mujer estaba enferma de un ojo y que se veía mal de salud, que no podía entrar a ese sector porque era punto de venta de droga y el riesgo era alto. Tampoco podía ir a la Fiscalía porque requieren una declaración y se trataba de personas en estado de indigencia quienes habían proporcionado los datos y no estaban facultadas para declarar.

“Son como unas vías y están ahí unos vagones, y en esos vagones vive gente que se droga, gente que vive en la calle y lo mismo que dijo la viejita, que la mujer está malita de su ojo, eso mismo le dijeron a mis compañeros, que no ve con un ojo y que está mal (…) me dicen que no la voy a poder rescatar, necesitas tener una declaración y sólo tengo la de los indigentes, pero si tú le llevas a los indigentes (a la Fiscalía) ellos te van a decir que no están en sus facultades para declarar, o sea, es un círculo vicioso”, mencionó Lucy. 

Esto sucedió en 2020 y a la fecha ella sigue en espera de un operativo para saber si esa mujer es su hija.

Otro posible positivo también tiene conexión con Guadalajara, sin embargo, se investiga en el estado de Tamaulipas. 

Cuenta que un familiar de ella vio una foto de perfil en un Whatsapp de una persona parecida a Cari, por lo que de inmediato se puso en contacto con el propietario del número que resultó ser un hombre. 

Foto: Archivo Heridas Abiertas.

Le respondió que la de la foto es de esposa, que vive en Reynosa, Tamaulipas. Al comentarle el motivo del cuestionamiento, el hombre mencionó que estaba dispuesto a colaborar con las autoridades de ser necesario. Que su esposa es de Guadalajara, pero no conoce mucho sobre su familia. 

Sin embargo, la persona que lo contactó no quiso emitir su declaración en la Fiscalía. Lucy menciona que desconoce el motivo, pero en tanto no declare, las autoridades le dijeron que no pueden hacer nada. Según la mamá de Cari, la Fiscalía de Tamaulipas cotejó la fotografía de la mujer del perfil de Whatsapp con la de Claribel, y arrojó que existe un 95 por ciento de posibilidad de que se trate de ella. Ya pasaron tres años y todavía no hay declaración, ni investigación. No hay nada.

“La voy a encontrar”

La madre buscadora fue de las pioneras de las búsquedas en campo con el Grupo Vida. Contribuyó significativamente al hallazgo del campo de exterminio en el ejido Patrocinio, municipio de San Pedro, Coahuila, donde se hizo pasar por una chivera para obtener información que pudiera llevarlas a encontrar indicios de personas desaparecidas. Esto culminó en el hallazgo de un terreno donde han localizado miles de restos óseos.

Lucy participó en caravanas para ingresar a los Ceresos de diferentes estados de la República. Fundó el grupo Voz que Clama Justicia por Personas Desaparecidas, conformado por más de 85 familias de La Laguna y es representante del Grupo Búsqueda Nacional en Vida por Nuestros Desaparecidos (2018), que integran familias de diferentes estados del país. 

Foto: Archivo Heridas Abiertas.

Son 150 personas las que participan en cada búsqueda que se realiza (la próxima está programada en Querétaro, del 16 al 30 de agosto de este año). Además fue la primera en organizar marchas en el municipio de San Pedro para visibilizar la lucha de familias que buscan a sus seres queridos.

María de la Luz López Castruita dice que no se detendrá. Está segura de que Irma Claribel regresará viva a casa.

“La voy a encontrar. Recién desapareció mi hija, tenía como un mes de desaparecida, cuando fueron a orar a mi casa personas de una iglesia católica. Yo ya no tenía fe, yo estaba perdida totalmente. Una persona hablaba en lenguas, la otra la interpretaba, y estaba explicando lo que estaba diciendo”, menciona Lucy, y narra lo que habló aquella persona:

“Jesús te manda decir que va a regresar tu hija con vida, no dijo cuánto se va a tardar, pero yo supongo que años, porque él lo dijo con tristeza, pero va a regresar con vida, no sabemos si van a pasar 10, 15 años o 20, pero ella va a regresar con vida, la vas a rescatar con vida”.

Aquellas palabras le devolvieron la esperanza a Lucy. “Entonces, digo, pues ya van 15 años, me faltan cinco. Bueno, a lo mejor menos, a lo mejor”.